Salida de Venezuela de la CorteIDH imita a la derecha y al Imperio


En términos generales, parece existir un libreto en América Latina donde todo lo malo que pueda hacer un gobierno, por acción u omisión, éste debe darle poca importancia, negar su existencia o hacer algo muy humano: echarle la culpa a otro.

Cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitó la Argentina de Videla, por allá en 1979, realizó un informe de la gravísima situación de los DDHH en dicho país[1], y por supuesto, lo primero que hizo el gobierno fue intentar desprestigiar la objetividad de la delegación y acusar al organismo de interferir en los asuntos internos de la Argentina[2]. Peor aún, para justificar su política que devino en numerosas despariciones forzadas, el explicó que todo es parte de la guerra contra el terrorismo y, ¡claro!... "En toda guerra hay personas que sobreviven, otras que quedan incapacitadas, otras que mueren y otras que desaparecen. Argentina está finalizando esta guerra y, consiguientemente, debe estar preparada para afrontar sus consecuencias. La desaparición de algunas personas es una consecuencia no deseada de esta guerra"[3].

Y más o menos algo similar ocurrió con los gobiernos de Pinochet, Somoza, Rios Montt; e incluso, con Álvaro Uribe Velez, con la famosa "lista negra" (Capítulo IV del informe anual de la CIDH). Todos generaron un rechazo hacia el Sistema Interamericano de Derechos Humanos. De hecho, no importa la tendencia política, ni si fueron elegidos democráticamente o en los cuarteles, prácticamente todos los gobiernos latinoamericanos sienten recelos de la mera existencia de la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH), y en los últimos tiempos han abogado por disminuir sus capacidades. Y en cuanto a derechos humanos se trata, si los gobiernos no te quieren, es porque estás haciendo bien tu trabajo.

En la actualidad, Venezuela ha sido uno de los más férreos contra el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH). Tanto así, que ha denunciado la Convención Americana de Derechos Humanos (Carta de San José), la cual mañana se haría efectiva. Este no sería el primer país en denunciar la Carta de San José, ya lo habría hecho Trinidad y Tobago, para poder implementar la pena de muerte, lo cual no sería el mejor ejemplo de justicia; pero también lo habría hecho el gobierno de Alberto Fujimori. Y ya que estamos hablando de Fujimori, el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, para desconocer una sentencia de la CorteIDH, citó al Consejo Supremo de Justicia Militar del Perú en 1999 para justificar el desconocimiento de la sentencia bajo la premisa de que "pondría en grave riesgo la seguridad interna de la República". Lo cual le da otro gran paralelismo entre la actual izquierda venezolana y la derecha peruana de aquel entonces.

Pero basta de hablar de la derecha latinoamericana y hablemos del Imperialismo mesmo, ¡El cual ni siquiera forma parte de la Convención Americana! Todos somos críticos de la falta de respeto de EE.UU. al derecho internacional, pero ahora Venezuela parece seguirle los pasos, pues según la lógica del gobierno: "Como EE.UU. es un Estado forajido que ni siquiera forma parte de la Convención Americana (que de acuerdo a las teorías izquierdistas está bajo su control), entonces nosotros también debemos ser Estados forajidos". Pero también hay que preguntarse, si la Comisión y la Corte Interamericana están bajo el control de EE.UU.: ¿Por qué no forman parte de la Convención Americana? ¿Acaso no sería fácil para ellos eludir la intromisión de esos organismos y salir airosos? De hecho, y algo que no dicen mucho, es que la Comisión, a diferencia de la Corte, si tiene competencias para investigar las violaciones a los derechos humanos en EE.UU., y al que investiga un poco, se dará cuenta de que hay numerosas resoluciones de la Comisión contra dicho país, en especial por el asunto de Guantánamo[4].

Pero quizás hay una confusión entre las personas que conforman la Comisión y la Corte. Quizás se piensan que éstas personas funcionan como embajadores, y que deben responder a los intereses de los Estados, cuando -al menos en la teoría- no debe ser así. Los comisionados y jueces del sistema interamericano son reconocidos defensores de derechos humanos del continente, que aunque elegidos por los mismos Estados, NO representan a su país y trabajan a título personal. Es decir, que si la creencia es que ellos son una especie de embajadores, entonces criticar el trabajo de la Comisión y la Corte es criticar también a los Estados vecinos, e incluso aliados, que han propuesto y elegido a dichos personajes.

La salida de Venezuela de la Convención Americana, y por lo tanto, de la Corte Interamericana, no es la gran tragedia que los medios y algunos personajes intentan hacer creer, ni quiere decir que estaremos completamente indefensos. La Corte todavía puede reconocer casos que hayan ocurrido antes del 10 de septiembre de 2013, y mientras Venezuela no denuncie la Carta de la OEA, la Comisión Interamericana sigue siendo competente para recibir denuncias a violaciones de derechos humanos en Venezuela. De igual modo, el sistema interamericano no es el único que nos ampara, pues todavía está el sistema universal, en manos de las Naciones Unidas, que aunque carece de la fuerza coercitiva del sistema interamericano, no trae buenas noticias para las relaciones públicas de los gobernantes. Pero de algo no hay que dudar, esto es un retroceso y no un avance. A los chavistas les gusta pensar que esto sólo afecta a la oposición, sin embargo, no toman en cuenta que en un posible futuro pueda existir un gobierno de la actual oposición, y que en caso de una persecución contra los chavistas, ellos tendrán menos espacios para exigir protección y justicia. Tristemente, el chavista no se está dando cuenta de que está creando un Estado represivo perfecto para cuando el "otro" tome el poder. 

Referencias:
1) 30 aniversario de la visita de la CIDH (Argentina). http://www.youtube.com/watch?v=Bf_i1A3rw04
4) Y Venezuela dice: "Seamos como los gringos, un Estado forajido"  http://victorfueradelacaja.blogspot.com/2013/04/y-venezuela-dice-seamos-como-los.html

Víctor M. Camacho
Internacionalista, especialista en Derechos Humanos y ciberactivismo
http://victorfueradelacaja.blogspot.com

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