¡Pendejos pa' fuera!

Existe un enorme rechazo hacia las personas que podemos llamar "pendejos", o peor aún, pasar por uno.

Para evitar equívocos, "pendejo" es aquella persona de la cual la gente se aprovecha, sea esta consciente o no de ello, o al contrario, es una persona que no se aprovecha de los demás o de ciertas situaciones.

Por ejemplo, si estás en la cola para comprar un café, y algún sujeto se mete enfrente de usted sin ningún miramiento, y usted no hace nada, por la definición antes dada, mi buen lector, usted es un pendejo. Del otro lado, si usted está atrapado en una cola en la autopista, y ha dejado que otro conductor pase enfrente de usted, mi buen lector, usted es un pendejo. Si estás manejando a las 2 AM por una calle, y te detienes cuando el semáforo está en rojo, a pesar de que no hay autos alrededor, entonces, usted... bueh... ya sabe lo que es.

La cura popular es muy sencilla: ¡No sea usted tan pendejo! Y si cree que le acaban de hacer pasar por uno: moléstese (y arme un escándalo de ser necesario). Y sobre todo, nunca se le olvide lo primordial en esta situación: quéjese de que la amabilidad y la cortesía no existe, a pesar de que es probable que usted tampoco lo sea... Usted sabe, para no pasar por pendejo.

Bueno, está claro que lo apropiado no es dejar que te pisoteen, ni que se aprovechen de ti, ni sacrificarse todo el tiempo por los demás, sin que nadie haga lo mismo por ti. Sin embargo, creo que en nuestra cultura, esta idea se ha exagerado demasiado hasta el punto en que hace muy difícil la convivencia entre todos. Cuando me refiero a cultura, está claro, me refiero a la venezolana, puesto que vivo en ella y es la que más conozco, pero supongo que las diferencias con otras culturas no son tantas.

Sin embargo, considero que muchas de esas veces en las que "no somos pendejos" son nimiedades. ¿Que tan importante es que se te haya atravesado un hombre enfrente en la cola para comprar el café? ¿Qué tanto pierdes? ¿5 minutos más de tu tiempo? Lo sé, el tiempo es oro, pero de todos modos, quizás no los ibas a aprovechar. A menos que, estuvieras a punto de realizar una cirugía del corazón, y tu pronta presencia es capaz de hacer la diferencia entre la vida y la muerte, entonces puedes esperar un poco más.

En la ciudad de Caracas, una de las cosas más insoportables es el tráfico. Y es normal encontrarse con un sujeto que va conduciendo, que parece estar apurado, toca la bocina cuantas veces puede, y se mueve a alta velocidad, logrando muchas veces pasar a otros conductores... y todo eso, para quedar de primero en la línea frente a un semáforo en rojo. Y así es el tráfico caraqueño: una carrera para ver quien llega de primero al semáforo. Suena como infantil -y lo es- pero así piensan en muchas partes del mundo. Después de todo, la competencia está muy arraigada en nuestra forma de vivir y pensar, puesto que es el motor de lo que muchos llaman "progreso".

Sin embargo, cuando se trata de cosas más importantes, como digamos, expresar abiertamente mi opinión política, a pesar de que mi jefe es totalmente contrario a ella, eso podría no ser lo "más inteligente". En este caso, es bueno ser un pendejo, y de hecho, si lo puedes ser con "P" mayúscula, pues mucho mejor; así rimará mejor con la P de "pisotear".

Creo que es bueno defenderse y exigir por nuestros derechos, pero muchas veces exageramos en la proporción del derecho violado y las acciones que tomamos, y otras veces, cuando nos violan un derecho muy grave, no hacemos nada, por miedo a las consecuencias. ¡Enorme contradicción!

Yo resolvería el problema de la "compra de café interruptus" así: primero, dialogando, sin ser grosero; segundo, apelaría a su sentido de la justicia, dándole a conocer que él tampoco apreciaría que le sucediera lo mismo; tercero, en caso de que yo tenga prisa, apelo a su humanidad y emociones, explicando los motivos por los cuales no puedo perder el tiempo (Cualquiera comprendería si el café es para tu abuelita enferma); y cuarto, intentar conocer las razones por las que hace eso, porque no todo gira alrededor de ti, y él también podría tener una abuelita enferma -con un nieto grosero nada más-. Si no te comprende, y sus razones no son válidas, las opciones son 2: quejarse con el gerente del café (la autoridad) o no hacer nada. Aquí cada quien escoge la que prefiera, en lo personal, el hecho es tan pequeño y tonto que me resultaría más tonto convertirlo en algo grande. No me sentiría mal si fuera así, de hecho, si está tan apurado, debería ser porque lo necesita, y eso significa que lo acabo de ayudar. He ahí mi buena acción del día. Le diré "de nada" cuando termine (un poquito de sarcasmo no hace daño).

Pero de nuevo, al final, cada quien decide.

Comentarios

Anónimo dijo…
Tiempo sin pasar a tu blog, muy buen post jaja sin duda no hay diferencia entre Venezuela y a México que es mi caso en cuanto a pendejismo se refiere, solo que en México todos somos unos pendejos por "elejir" a un presidente mas pendejo aun jaja pero eso ya es otra historia.

Saludos.
Aldo.

P.D. no olvido mi tradicional P.D. pero no se que decir esta vez :D
Víctor Camacho dijo…
Jaja Pues a mi no me hables de "elecciones" en Venezuela xD

Salu2, es bueno volverlo a ver por aquí.

PD: No te preocupes, para el post siguiente me debes dos PD xD